Como habitante
de la zona metropolitana de Guadalajara día a día hago uso del transporte
publico que por así decirlo es el menos peor refiriéndome al tren ligero.
Si bien es
cierto que el transporte publico de Guadalajara (una ciudad de un país en vías
de desarrollo) es un asco a causa de la mala organización, la poca confianza en
sus horarios y operadores. La peor parte es la propia gente, los usuarios.
Y es que en
Guadalajara como en muchas otras ciudades, los usuarios son los causantes de su
misma desgracia. Tenemos por ejemplo a la señora este modelo de humano que basa
su vida en chisme, cocina, pensar cosas en el tianguis y evitar tener sexo con
su marido, lo único que este espécimen busca es que se le de el paso por “ser
mujer” buscando a aquel “caballero” (del cual luego hablaremos) que le permita
pasar porque obviamente lo que esta señora quiere, es lugar, quiere viajar
sentada sin importarle que empuje a las personas que están delante de ella, o
que se pare justo frente a las puertas del tren evitando la salida de los demás
usuarios. De este espécimen los hay en varios modelos, tenemos la señora
clásica ya mencionada, la señora con bolsas de supermercado, Price shoes
(estación Atemajac) que cargan con los pedidos de las botas picudas para la
fiesta de XV años de Dayana y los zapatitos mocasín con dragón bordado para
Brayan el chambelán. Tenemos a la señora con minions que normalmente son sus
nietos, hijos bastardos de sus hijas que trabajan en la Surtidora (y ya si son
muy perras; en Fabricas de Francia) estas en especial son de las que mas me
chocan pues cargan mínimo con tres de estos monstruos tamaño monedero de para
chichis y los hacen que se cuelen entre la gente empujando y entorpeciendo el
trafico para que aparten lugar en el que por cierto van molestando a todos a su
alrededor y maltratando el equipo.
También existe
el albañil este romántico personaje que por las mañanas viaja lleno de lagañas
y con mal aliento (mascando chicle) y que por las tardes cuando regresa a casa
(borracho y bebiendo en el transporte) huele a esa mezcla tan única de
desodorante Stefano, sudor, mariguana y orina. Este ejemplar se encuentra en
éxtasis cuando hace uso del tren, pues es el momento donde puede tocar a todas
las mujeres y beber en la vía publica sin temor a la policía.
Los estudiantes
de mochilas gigantes que obstruyen el paso, el bebe (de pinches 5 años)
llorando todo el pinche camino, la pareja de cholo y chola de la Merced que se
van tragando la cara y los sábados por la noche y domingo por las mañanas,
todas los homosexuales antreros de centro de Guadalajara (Desvelados u oliendo al
perfume de Gaga o Britny )
Otra cosa
clásica es la señora que no quiere pagar el transporte de su hijo, hija, nieto
bastardo/a y decide pasarlo por debajo del torniquete antes de que el guardia
se de cuenta, lo mas hilarante del asunto es cuando los propios niños los
delatan pasando por debajo del torniquete también a la salida del tren ( o será
que también tienen miedo de que ahí les cobren?)
Independientemente
de quien seas y cuanto me cague encontrarte en el tren aquí hay un par de
consejos:
1.- Paga el
transporte de tus hijos (aunque no sean tuyos) ellos también generan coste
2.- No estorbes
en las entradas y salidas, te ves estúpido y eres molesto
3.- El transporte
publico, no es de carga, no obstruyas u ocupes
el espacio que puede usar una persona con tus bolsas del Aurrera o Price
shoes o el tianguis de Polanco
4.- Escucha las
indicaciones y sigue los señalamientos: Cuando la voz hedionda del tren dice que
permitas bajar se refiere a ti pinche gorda que busca entrar primero para
sentarse (por eso estas así)
5.- Si puedes
usa el camión es mas como tu estilo y así no nos molestas a los pocos que
tenemos cultura vial y modales en áreas publicas.
Espero sus comentarios
o compartan experiencias, soy yo aquí de nuevo para mi y si quieren ustedes.
M.M.
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ReplyDeleteSoy tu fans!!!
ReplyDelete.. O el/la señor/a que cree que los asientos amarillos son preferenciales para obesxs.
ReplyDeleteDe acuerdísimo
ReplyDeleteLa vida de mortal es pesada
ReplyDeleteO las señoras con bebés y no tan bebés que hacen cara de víctima porque no te quitas de tu asiento. Los que se van quejando, que yo creo que no conocen los carros amarillos que te llevan a donde quieres por dinero o favores sexuales... los albañiles si es fin de semana y tienen suerte, también podrían oler a sexo... Iugh!
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