Tuesday, 21 April 2015

En el tren

Como habitante de la zona metropolitana de Guadalajara día a día hago uso del transporte publico que por así decirlo es el menos peor refiriéndome al tren ligero.

Si bien es cierto que el transporte publico de Guadalajara (una ciudad de un país en vías de desarrollo) es un asco a causa de la mala organización, la poca confianza en sus horarios y operadores. La peor parte es la propia gente, los usuarios.

Y es que en Guadalajara como en muchas otras ciudades, los usuarios son los causantes de su misma desgracia. Tenemos por ejemplo a la señora este modelo de humano que basa su vida en chisme, cocina, pensar cosas en el tianguis y evitar tener sexo con su marido, lo único que este espécimen busca es que se le de el paso por “ser mujer” buscando a aquel “caballero” (del cual luego hablaremos) que le permita pasar porque obviamente lo que esta señora quiere, es lugar, quiere viajar sentada sin importarle que empuje a las personas que están delante de ella, o que se pare justo frente a las puertas del tren evitando la salida de los demás usuarios. De este espécimen los hay en varios modelos, tenemos la señora clásica ya mencionada, la señora con bolsas de supermercado, Price shoes (estación Atemajac) que cargan con los pedidos de las botas picudas para la fiesta de XV años de Dayana y los zapatitos mocasín con dragón bordado para Brayan el chambelán. Tenemos a la señora con minions que normalmente son sus nietos, hijos bastardos de sus hijas que trabajan en la Surtidora (y ya si son muy perras; en Fabricas de Francia) estas en especial son de las que mas me chocan pues cargan mínimo con tres de estos monstruos tamaño monedero de para chichis y los hacen que se cuelen entre la gente empujando y entorpeciendo el trafico para que aparten lugar en el que por cierto van molestando a todos a su alrededor y maltratando el equipo.

También existe el albañil este romántico personaje que por las mañanas viaja lleno de lagañas y con mal aliento (mascando chicle) y que por las tardes cuando regresa a casa (borracho y bebiendo en el transporte) huele a esa mezcla tan única de desodorante Stefano, sudor, mariguana y orina. Este ejemplar se encuentra en éxtasis cuando hace uso del tren, pues es el momento donde puede tocar a todas las mujeres y beber en la vía publica sin temor a la policía.

Los estudiantes de mochilas gigantes que obstruyen el paso, el bebe (de pinches 5 años) llorando todo el pinche camino, la pareja de cholo y chola de la Merced que se van tragando la cara y los sábados por la noche y domingo por las mañanas, todas los homosexuales antreros de centro de Guadalajara (Desvelados u oliendo al perfume de Gaga o Britny )

Otra cosa clásica es la señora que no quiere pagar el transporte de su hijo, hija, nieto bastardo/a y decide pasarlo por debajo del torniquete antes de que el guardia se de cuenta, lo mas hilarante del asunto es cuando los propios niños los delatan pasando por debajo del torniquete también a la salida del tren ( o será que también tienen miedo de que ahí les cobren?)

Independientemente de quien seas y cuanto me cague encontrarte en el tren aquí hay un par de consejos:

1.- Paga el transporte de tus hijos (aunque no sean tuyos) ellos también generan coste
2.- No estorbes en las entradas y salidas, te ves estúpido y eres molesto
3.- El transporte publico, no es de carga, no obstruyas u ocupes  el espacio que puede usar una persona con tus bolsas del Aurrera o Price shoes o el tianguis de Polanco
4.- Escucha las indicaciones y sigue los señalamientos: Cuando la voz hedionda del tren dice que permitas bajar se refiere a ti pinche gorda que busca entrar primero para sentarse (por eso estas así)
5.- Si puedes usa el camión es mas como tu estilo y así no nos molestas a los pocos que tenemos cultura vial y modales en áreas publicas.

Espero sus comentarios o compartan experiencias, soy yo aquí de nuevo para mi y si quieren ustedes.


M.M.

6 comments:

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  2. .. O el/la señor/a que cree que los asientos amarillos son preferenciales para obesxs.

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  3. La vida de mortal es pesada

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  4. O las señoras con bebés y no tan bebés que hacen cara de víctima porque no te quitas de tu asiento. Los que se van quejando, que yo creo que no conocen los carros amarillos que te llevan a donde quieres por dinero o favores sexuales... los albañiles si es fin de semana y tienen suerte, también podrían oler a sexo... Iugh!

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